viernes, 4 de marzo de 2011

PUESTOS LOS OJOS…



Hebreos 12: 1 y 2a
...
Un avión fue hecho para desafiar la ley de la gravedad, elevarse por encima de ella, y
cumplir el sueño del hombre de poder volar. Ninguna persona en sus cabales pagaría un
pasaje avión para sentarse en él y hacer un corto trayecto carreteando por la pista, sin
jamás levantar vuelo. ¿Por qué?
Pues porque la finalidad del avión es transportar a la persona de un punto de partida a un punto de llegada.
Carretear por la pista sólo es el inicio del vuelo.
Lo que hace que el avión sirva a su propósito es el levantar vuelo y
avanzar hacia su destino.

Ahora bien. Esas mismas personas que protestarían airadamente ante un avión que
solamente carreteara por la pista, podrían muy bien estar ellas mismas carreteando por la
vida, sin jamás levantar vuelo. Y sin darse cuenta de lo que les sucede.

Tal como el aguilucho de la historia, que creció en un gallinero, creyéndose gallina, y
sin jamás darse cuenta de que estaba hecho para alcanzar grandes alturas, muchos
seres humanos viven apegados a las cosas de la tierra, sin tomar conciencia de que Dios
los ha creado para alcanzar metas altas.

Y no pensemos solamente en quienes han fracasado y no han llegado a ser lo que
soñaron de niños.
Aún quienes hayan logrado cumplir sus metas materiales, pueden estar
carreteando, o dando cortos vuelos por la vida.

Dios dice que “las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven, son
eternas2”. (2ª Corintios 4:18)
El enfocarnos solamente en los asuntos de esta tierra, hará
que jamás alcancemos el propósito por el cual Dios nos diera la vida.

Para los judíos, el cerdo es un animal inmundo. Para nosotros, más allá de ser un
excelente proveedor de jamones, costillares y otra delicias, es un vivo ejemplo de que,
con el hocico pegado a la tierra sólo vamos a recolectar basura.
Basura que no sirve para
la eternidad.

Preocupaciones, afanes, vicios, distracciones, son cosas de esta tierra. El centrarnos
en ellas, nos impide despegar y levantar vuelo hacia el propósito de Dios. ¿Y después nos
quejamos de “insatisfacción personal”?

Hoy es un buen día para reordenar prioridades, y levantar la vista para fijarla en Dios.
Hay mucho para descubrir, mucho para avanzar, mucho para poseer.
Es elección de cada uno de nosotros el cómo vamos a seguir cada uno de los días
que nos restan en esta tierra y es mejor estar una eternidad con Dios que estar un minuto sin El.



Publicado por: LA ZARZA ARDIENTE
De: EDICIONES NUEVO RUMBO.
Autora: H. Mónica Garbarini

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